viernes, 3 de febrero de 2012

Somos los únicos profesionales que nos llevamos parte del trabajo a casa

Conversando con mis estudiantes de Didáctica General II, discutíamos el tema de nuestra profesión, que hace referencia a que: "somos los únicos profesionales que nos llevamos el trabajo para nuestra casa".
¿Qué colega no se ha desvelado más de alguna noche preparando materiales o clases para el día siguiente o para la semana?
¿Qué colega ha dejado de disfrutar a su familia por atender situaciones de sus estudiantes?
¿Qué colega ha defendido a capa y espada a sus estudiantes y ha perdido hasta "amistad" de sus compañeros docentes?


Ser educador no solo se trata de llegar al salón, impartir una clase, asignar tareas para las siguiente jornadas, evaluar los conocimientos de los estudiantes, etc., sino que también implica: reconocer las potencialidad y limitantes de los estudiantes, identificarse con las realidades de los contextos en los que viven muchos de nuestros estudiantes en estos días de tanta violencia social; también implica enseñarle aspectos transversales - que aunque no sean propias de nuestra asignatura - harán que nuestros estudiantes crezcan.


En suma la escuela fue pensada para dos objetivos: preparar a las personas para la vida de ciudadano y prepararlo para la vida laboral.


Quienes le damos vida a los diversos centros de estudio, en el nivel que sea, debemos tener presentes estos objetivos; recordar que nuestra sociedad salvadoreña espera MEJORES y buenos ciudadanos; y también EFICIENTES y EFICACES trabajadores. Aún cuando nuestra profesión no es de las mejores remuneradas, debemos sentirnos dignos y orgullosos que somo la profesión sobre la que descansa el desarrollo y productividad de un país... o es que acaso nos hemos olvidado que los médicos, abogados, ingenieros, arquitectos, periodistas, administradores, políticos, etc.; debieron socializar alguna vez con PROFESORES o mejor aún, con MAESTROS!


Si alguien ha descubierto su vocación por la docencia, debe sentirse orgulloso y llevar esa "camiseta" con mucho gusto, a pesar de que al resto de profesionales se les haya olvidado que de no haber sido por nuestro trabajo en las aulas, no estuvieran ejecutando sus labores y en muchos casos, gozando de la reputación que gozan en estos días algunos profesionales.


Ser docente puede significar, llevarse el trabajo a casa; pero quienes disfrutamos la docencia, no nos aterra pensar en sacrificar algunas horas extra para saborear el o los productos que obtenemos con cada jornada. Es una lástima que el veterinario no pueda llevarse a la vaca que está examinando en su lugar de trabajo, es una lástima que el arquitecto no pueda llevarse el edificio enorme que está dirigiendo, es una lástima que los médicos no puedan llevarse a sus pacientes a su casa para tenerlos en observación ahí... pues los docentes lo hacemos muchas veces y poco se nos reconoce ese esfuerzo.


La motivación que nos permite seguir haciendo bien nuestro trabajo en la mayoría de las veces es intrínseca, más que extrínseca. Lo bueno de todo esto es, que ese tipo de motivación es la más importante y que la denota mayor madurez en una persona, en un profesional.

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