Hace mucho que no escribo. Me hace tanta falta como estar en un aula y ver rostros con esperanzas de que la educación les garantizará un mejor futuro.
Esta tarde, buscando un poco de información relacionada con la pedagogía del error, me he encontrado con variada literatura e incluso algunas herramientas, que me han dejado boquiabierta e incluso pensando, que nuestras regiones y para ser específicas nuestras escuelas rurales poco podrán conocer ese tipo de recursos.
Me encontré con unos cuadernos llamados Write&erase de Oxford, 📘 (no son mis patrocinadores por si lo
están pensando jejeje 😀) al acceder a más páginas para conocer en qué consisten,
no pude dejar de sorprenderme porque deja de ser un cuaderno convencional y
prácticamente le ofrece al estudiante una pizarra móvil en donde puede escribir
y borrar cuantas veces quiera, dicha “pizarrita” puede ser utilizada incluso
como una especie de ficha resumen cuando se solicita una presentación oral como
parte del proceso de evaluación formativa en el aula.
Adicionalmente a ese recurso, uno de los estilos incluye tres tipos de
páginas a las que llaman, hojas multirayadas (dos tipos de cuadrículas, hoja
lisa y línea horizontal común), lo cual significa que en un mismo cuaderno se
puede registrar clases de diferentes asignaturas (esto ayudaría muchísimo a
aquel estudiantado que usualmente nos dice, que no estaba seguro si “tocaba o
no tocaba” esa asignatura ese día, por ejemplo).
También, incluye 3 separados plásticos para ordenar un poco el contenido
del cuaderno. Y como un elemento que posiblemente sea inesperado para mí, pero,
no para ustedes, también tiene una especie de bolsa porta-hojas por si se
entregan algunas fotocopias o si, por ejemplo, utilizamos algún libro de
trabajo con hojas extraíbles y nuestros estudiantes deban resolverla en casa…
esa misma bolsa ya tiene impreso un formato para completar el horario de clases
y siempre andarlo llevando. No pude evitar reírme por la sorpresa que me
invadió y pensar en el rostro que hubiese visto en mi hija diciéndome: - ¿en
serio, no sabías que eso existe ya?
Mi atención se perdió del tema que andaba buscando inicialmente, porque recordé muchos rostros que he conocido en las escuelas de mi país, especialmente en áreas rurales. Recordé a esos responsables de familia decirme que sus hijas no son buenas para matemáticas o que probablemente su hijo tenga que dedicarse a la agricultura como toda la familia, porque no ve mayor beneficio en el hecho de que siga estudiando, si constantemente le dicen que su hijo no lleva los cuadernos el día que tiene que llevarlos y por ello sus calificaciones son bajas. Me concentré viendo a niños europeos que utilizaban este tipo de cuaderno o libretas, realizaban ejercicios de matemáticas y los borraban con facilidad, trabajando en equipos y apoyándose unos con otros. Entonces reflexionaba que el cuaderno o libreta es un buen recurso, pero como docentes estamos llamados a ejecutar la tarea de mediación pedagógica para que el error no sea motivo de estancamiento o frustración y con ello lleguen las ideas de abandonar la escuela.
Hagamos el cambio pensando que: si no te equivocas, el aprendizaje no será
duradero; si no te equivocas, no harás fortalecer tu resiliencia; si no te
equivocas, no descubrirás a todos los maestros a tu alrededor.
Enseñemos también, que como docentes nos hemos equivocado muchas veces, porque estamos buscando una mejor versión de nosotros mismos. Es una tarea difícil, no se logra rápido, solo siendo constantes y atreviéndonos a equivocarnos e identificar ¿cuál fue el aprendizaje que obtuve de ello? Estamos iniciando año escolar, no está de más comenzar por un cambio pequeño, aprender de nuestros errores. Demostrémosle a ese maestro (error) que no le tememos. 👊